Ayer estuvimos en Mazagón. El viento soplaba con cierta fuerza, cosa que posiblemente sabíamos todos de antemano, y quizá ninguno lo dijo en un intento de hacer bueno ese dicho de que si deseas algo con muchas fuerzas los planetas se alinean... Tonterías. Fuimos a pescar todos los que íbamos a ir en un principio, y lo hicimos por un motivo claro: aunque ni siquiera saliéramos al mar, echaríamos un rato agradable con los demás.
Y así fue. En días como los de ayer es cuando se agradece que esto de la pesca sea algo más que echarse al agua y lanzar la caña. Porque desde luego eso fue difícil.
Aún así algo digno se cogió. Daniel Sánchez subió una dorada de algo más del kilo. Pero como suele pasar se acuerda uno de lo que pierde más que de lo que coge. Dani perdió una dorada que, según él, era más del doble de esa. Así que de los dos kilos para arriba.
Por lo demás, mojarreo. Alguna baililla decente de Juan José, doradas pequeñas, agujas...
Una lástima no haber podido salir si quiera por la bocana del puerto porque intuíamos que aunque el viento no nos dejaba, ese día había pescado.
Otro asunto también interesante fue conocer a Antonio, desde ese mismo día nuevo socio. También conocimos Salva, aunque ya algunos nos habíamos cruzado en la vida.
Por supuesto, tenemos que dar las gracias a Miguel, de Náutica El Vigía, que nos obsequió con una magnífica paella al salir del agua en su London Street de la calle del negro. Andrés, haciendo de buen norteño, le ayudó en la cocina.
En definitiva una gran jornada en familia, nunca mejor dicho en donde se cumplieron todos los pronósticos: el presidente llega tarde, Álvaro no puede estar sin hablar y deja el dedito en el pulsador de la emisora, Juan José alias "Astérix" recorre la ría varias veces con su fórmula mágica a modo de polen de abeja.
Por cierto, los Cabello se sitúan en la parte alta de la clasificación en lo que todos creemos que no fue un día cualquiera.